miércoles, 14 de octubre de 2015

NURIA TORRAY



Nuria Torra Resplandi, más conocida como Nuria Torray nació en Barcelona el 24 de septiembre de 1934 y fue una excelente actriz, madre de la también actriz Alejandra Torray.
Compaginó sus estudios de Filosofía y Letras con actuaciones no profesionales en Teatro Español Universitario. Pronto el director de escena José Tamayo se fija en ella y de su mano inicia su trayectoria profesional, e interpreta Las brujas de Salem en el Teatro Español de Madrid y más tarde se hace con el personaje principal en Irma, la dulce. A destacar igualmente su Doña Inés en el Tenorio realizado por Tamayo en 1960 y su participación en los montajes de ¿Quién quiere una copla del Arcipreste de Hita? (1965), de José Martín RecuerdaLos siete infantes de Lara (1966), de Lope de Vega y Águila de blasón (1966), de Valle-Inclán, realizados todos ellos por Adolfo Marsillach.
Poco después inicia su relación profesional con el que luego sería su marido, el director Juan Guerrero Zamora, que la dirigió en La sonrisa de la Gioconda (1951) de Aldous Huxley y con la que se convierte en uno de los rostros más asiduos deTelevisión Española en los años sesenta y setenta, llegando a protagonizar las series Un mito llamado (1979) y La Celestina (1983).
Obtuvo en 1962 el Premio Antena de Oro; en 1965, el Premio del Sindicato Nacional del Espectáculo; en ese mismo año el Premio del Festival de Mar del Plata y el Premio Ondas a la mejor actriz de Televisión en 1966.
En Argentina también la premiaron por su trabajo en Una jaula no tiene secretos. Lo hubiera merecido igualmente por ¡Aquí están las vicetiples!, Accidente 703, Las salvajes en Puente San Gil, El amor brujo...
En cine debutó en 1956, aunque pese a su calidad interpretativa nunca terminó de consolidar una carrera cinematográfica sustantiva, abandonando el medio en 1971 cuando rueda La casa de las muertas vivientes.
En 1991 interpreta el personaje principal de Lisístrata en el Festival de Teatro Clásico de Mérida. Su retirada de los escenarios se produjo en 1995 con la obra Mi querida familia, de Neil Simon, que le valió el Premio Ercilla.
Falleció en  Madrid, el 8 de junio de 2004

Nuria Torray en "El bosque del lobo"


Nuria Torray en "Dar la cara" (1962) Película completa


ANTONIO BUERO VALLEJO



Nace en Guadalajara el 26 de septiembre de 1916, falleciendo en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, a causa de una parada cardiorrespiratoria, el 29 de abril de 2000, a los 83 años de edad.
Dramaturgo español cuyas líneas maestras obedecieron al propósito explícito de lograr una síntesis de dos estilos que, en sí mismos, son antagónicos, el realismo y el simbolismo, y que a lo largo de su producción se pueden ver integrados en armonía.

Luchó en las filas republicanas y, al término de la guerra civil, permaneció varios años en la cárcel franquista, donde coincidió con Miguel Hernández. En 1949 se dio a conocer, y obtuvo el premio Lope de Vega, con Historia de una escalera, que trata de las aspiraciones y frustraciones de los inquilinos de una casa de vecinos del viejo Madrid. La obra causó impacto por su realismo y su contenido social.
En sus primeras obras, Buero Vallejo se propuso desvelar la angustia y soledad en las que se debate la existencia humana, casi siempre en condiciones mediocres cuando no hostiles. Representativas de esta primera tendencia son la citada Historia de una escalera y Palabras en la arena, ambas de 1949.
En la etapa posterior, particularmente vasta, el autor muestra una tendencia al mito, la leyenda y la fábula, en obras como En la ardiente oscuridad (1950), La tejedora de sueños (1952), Madrugada (1953), Hoy es fiesta (1956), Las cartas boca abajo (1957), La doble historia del doctor Valmy (1964), El tragaluz (1967),Llegada de los dioses (1971), La fundación (1974), Caimán (1981), Diálogo secreto (1984), Lázaro en el laberinto (1986) y Música cercana (1989).
Una poderosa tendencia que anima su teatro es incorporar, convenientemente retocadas, corrientes antiguas del teatro español que han sido desdeñadas. Otro de los ejes de su dramaturgia es la preocupación por la realidad española y el intento de propiciar una reflexión apasionada y serena, rigurosa pero abierta, que abra la conciencia civil al espejo de la historia.
Siguiendo esta línea de interpretación, el crítico Rodríguez Puértolas, al referirse aLas Meninas (1960), ha escrito: "Buero obliga (...) a los espectadores y lectores a entrar, violentamente casi, a través del espejo (...) en el espíritu y los problemas del siglo XVII, pero al propio tiempo, esos espectadores y lectores, como el mismo autor, pertenecen a la España del siglo XX. Los dos mundos, no tan distantes como podría suponerse, se unen así ante la pintura-símbolo". El suyo resulta de este modo un valioso instrumento en la tarea de desbrozar las líneas que unen el pasado con el presente.
Mediante el recurso al simbolismo y a la reflexión histórica, el autor esquivó de paso los rigores de la censura franquista y pudo ver estrenadas sus obras con relativa normalidad. En todo caso, el "posibilismo" defendido y practicado por Buero Vallejo provocó en los años sesenta una áspera polémica con Alfonso Sastre.
Pero no se puede afirmar que los problemas políticos de España no sean abordados en su teatro: por ejemplo, en El tragaluz, donde unos investigadores del siglo XXII reconstruyen con reflectores (procedimiento distanciador de resonancia brechtiana) los pensamientos y la actuación de una familia española en la posguerra; y en La doble historia del doctor Valmy (1968), estrenada en Inglaterra y prohibida por la censura española hasta 1976, que trata el tema de la tortura y la inconsciencia de los torturadores.

Representación de Historia de una escalera


El concierto de San Ovidio (1962) y El sueño de la razón (1970) son otras obras que hablan de esa preocupación por desvelar enigmas que cubren momentos cruciales de la historia española. A lo largo de su vida, Buero Vallejo, que luchó contra toda clase de adversidades (particularmente contra la censura) y que nunca abdicó de sus ideas ni de una actitud ética de compromiso con los más débiles, recibió numerosos homenajes. El mundo oficial se rindió ante su talento, y le concedió el Premio Nacional de Teatro (1980) y el Cervantes (1986). Fue también galardonado con el Premio Nacional de las Letras (1996) y con el Premio Max Honorífico (1999).
Antonio Buero Vallejo.jpg
Busto de Buero Vallejo

Obras

Sus obras teatrales son, por orden de estreno:

Filmografía

Películas basadas en sus obras

Angela Olaya entrevista a Buero Vallejo


Historia de una escalera


La Guadalajara de Buero Vallejo