Los tramposos es una película cómica española de 1959 dirigida por Pedro Lazaga y protagonizada por Tony Leblanc y Antonio Ozores acerca de dos estafadores de poca monta que deciden reformarse por amor.
Virgilio (Tony Leblanc) y Paco (Antonio Ozores) son dos estafadores de poca monta que viven de realizar pequeños timos en Madrid tales como el de la estampita o el trile y, salvo alguna que otra visita a la cárcel de Carabanchel, llevan una vida relativamente feliz. Sin embargo, Virgilio se enamora de Julita (Concha Velasco), la hermana de Paco, la cual desaprueba su estilo de vida, por lo que convence a Paco para que se vuelvan honrados. Pronto queda claro que vender sangre no es un buen modo de ganarse la vida por lo que (tras un fracasado intento de venta de genealogías) deciden montar su propio negocio. Inspirándose en Julita y su amiga Katy (Laura Valenzuela), que trabajan como mecanógrafas en una agencia de viajes, deciden montar ellos una empresa turística propia, VIRPA (de Virgilio y Paco), para hacer viajes guiados por Madrid. Para ello, alquilan un autobús (con dinero de Katy como socia capitalista) a un chófer, aprovechando el rato libre que le deja el trabajo. Al día siguiente, cuando ya tienen reunidos a un grupo de turistas, se presenta el chófer para comunicarles que necesita el autobús para un entierro. Improvisando, Virgilio y Paco llevan a todos los visitantes al entierro como parte del recorrido turístico. Más tarde los llevan a una taberna a degustar (en grandes cantidades) vino español. A pesar de no haber realizado nada del itinerario previsto, los turistas quedan encantados y el negocio resulta ser un éxito, por lo que el jefe de Julita y Katy, temiendo la competencia los contrata como subdirectores de la zona. Al final los protagonistas salen de la empresa acompañados de sus novias en sendos utilitarios.
FICHA TECNICA
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