Nació el 8 de junio de 1895 en Almansa (Albacete) en el seno de una familia acomodada.
Hijo de José Bernabéu Ibáñez, abogado valenciano y de Antonia De Yeste Núñez, cubana.
Se traslada con su familia a Madrid y le envían a El Escorial, donde estudió interno. Para combatir el frío jugaba en los recreos al fútbol, deporte que por entonces comenzaba a popularizarse. Después estudia Derecho en la Universidad Central de la calle San Bernardo licenciándose como abogado.
En 1909, con 14 años, ingresa en el Real Madrid, en la categoría juvenil. Con 17 años, finalizando la temporada 1912-13, ascendió al Primer Equipo en el que jugó como delantero centro de estilo impetuoso y aceptable rendimiento hasta que una lesión le obligó a abandonar el fútbol antes de cumplir los treinta años. Es también capitán, entrenador, directivo y presidente, cargo para el que es elegido el 15 de septiembre de 1943, consiguiendo durante su mandato 16 Ligas, 6 Copas de España, 6 Copas de Europa y 1 Copa Intercontinental. Participó en la creación de la Copa de Europa de clubes.
Tuvo la visión al anticiparse al enorme éxito que el fútbol habría de tener como espectáculo, y llegó a la presidencia del club precisamente por ese deseo de llevar a cabo la idea de construir un enorme estadio. Cuando comenzó las obras se le tachó de loco, de megalómano, y muchos lo consideraron una insensatez. El 14 de diciembre de 1947 las obras habían finalizado. En el año 1955 el campo del Real Madrid pasa a denominarse estadio Santiago Bernabéu.
Construyó la Ciudad Deportiva para recreo de socios, entrenamientos del equipo y formación de jugadores. Acusado de ser "el equipo del régimen" de Francisco Franco, mantuvo fuertes enfrentamientos con altos políticos del mismo, llegando a prohibir la entrada al general Millán Astray al palco del estadio madridista porque se mostraba excesivamente besucón con las señoras que acudían a él. Millán Astray reaccionó desafiándole a un duelo, pero Bernabéu pudo eludirlo.
Fichó jugadores tan importantes como Alfredo Di Stefano y Luis Molowny, Luis Regueiro, Ricardo Zamora, Samitier, Kopa, Amancio o Gento, rodeándose de colaboradores, como Antonio Calderón o Raimundo Saporta. No consintió cobrar nunca del Real Madrid y prohibió a su mujer que tras su muerte, aceptara una pensión del club.
Se casó a los cuarenta años y no tuvo hijos. Hombre de costumbres tranquilas, sin más vida que su mujer y el Madrid; fijó su residencia en Santa Pola, donde tenía un pequeño barco de pesca.
En una época en la que el Realmadrid era el Club más prestigioso del Mundo y con un patrimonio multimillonario, Don Santiago asistía a las recepciones con trajes remendados hasta tal punto que sus directivos llegaron a acordar regalarle un traje el día de su cumpleaños. Su falta de medios económicos asombraba a todos los grandes visitantes que llegaban al mejor estadio de Europa, la Casa del Mejor Club del Mundo y se encontraban con un presidente con los zapatos desgastados que, enfermo ya de un cáncer de hígado, prohibió a su mujer aceptar una pensión del Club. Los médicos aconsejaron no informarle de su estado, ya que el desenlace fatal sólo era cuestión de pocos meses, pero a pesar de todas las precauciones, la noticia de su estado se hizo pública por la indiscreción de un periodista oportunista. Cuando Don Santiago se enteró su estado de ánimo, esa fortaleza inquebrantable, cayó por primera vez. A pesar de su gravísima enfermedad, Don Santiago no quiso faltar a sus obligaciones. Su última aparición en el palco del estadio que llevaba su nombre provocó una escena inolvidable al levantarse los 120.000 espectadores estallando una atronadora ovación en la que se mezclaron aplausos y lágrimas de homenaje al hombre que había convertido su sueño personal en la dicha de todos los madridistas. Su última junta directiva la presidió con la muerte pintada en el semblante. Apenas podía ya sostenerse en pie y los directivos a duras penas pudieron contener las lágrimas. Cinco días después moría. En su lecho de muerte pidió a sus íntimos amigos que no dejaran a su mujer desamparada. Era el día 2 de junio del año 1978. Más de 100.000 personas desfilaron por la capilla ardiente instalada en el estadio para darle el último adiós y toda Almansa se echó a la calle para recibir el féretro que fue enterrado en su ciudad natal.
En la jornada inaugural del Mundial de fútbol celebrado ese año se guardó un minuto de silencio en todos los partidos. Último homenaje del mundo del fútbol al más grande presidente que jamás ha tenido Club alguno.
Había presidido el Club durante treinta y cinco años en los que había ganado 1 Copa Intercontinental, 2 Pequeñas Copas del Mundo, 2 Copas Latinas, 6 Copas de Europa, 16 Ligas, 6 Copas de España, etc., etc., etc. y había sido parte viva del Real Madrid durante setenta años. Setenta años dedicados al Real Madrid en cuerpo y alma, dejándonos un legado que si en lo deportivo ha servido para llevar al Club a ser oficialmente reconocido como el Mejor Club de la Historia por la FIFA, en lo patrimonial salvó la vida del Club gracias a la Ciudad Deportiva, vendida en 2001 para anular la deuda que el Club arrastraba.
Santiago Bernabéu falleció el 2 de junio de 1978, en Madrid a causa de un paro cardiaco. Fue enterrado en su pueblo natal, Almansa.
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